"(...)Algunos dedos fríos, de fría luna, se pasean por su lomo y él se retuerce de gusto despreocupándose de la soledad y del hambre canina que azota como una racha de viento encabronado.Pronto serán invisibles, todos ellos(...)"
Si os apetece concluir la historia podéis seguir leyendo en mi blog.
1 comentario:
Simplemente GRACIAS Queta por este relato. Va bien no pensar sólo en las navidades de los centros comerciales.
Montse R.
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