21/5/09

El Mundillo Editorial


Leyendo el suplemento literario del diario ABC, se pone uno al día en cuanto a obras, escritores, novedades... Sus artículos suelen ser interesantes y eruditos y, dejando aparte las tendencias políticas de dicho periódico, merece la pena comprarlo el sábado, sólo por el citado suplemento.
Hoy quiero haceros llegar un editorial escrito por Andrés Ibáñez, que me llegó al alma. En él se ven reflejadas las amarguras de los autores y el caldillo que se cuece en torno al mundo editorial. ¿Serán, al fin, irreconciliables el arte literario con el materialismo de la publicación?
Leed con detenimiento. ¡Vale la pena!

03 de mayo de 2009 - número: 901
Los editores
Firmas Por Andrés Ibáñez.

Los editores son seres tan delicados y misteriosos como el leopardo de las nieves. Es difícil comprenderlos. Es difícil saber qué les hace felices, qué les disgusta. Sus criterios, sus valores, sus preferencias, sus costumbres: todo misterios. El escritor y el editor a menudo se hacen amigos. Incluso muy amigos. Pero de todas formas, siguen siendo un misterio el uno para el otro.
El editor, por ejemplo, no entiende por qué diablos el autor tiene siempre tanta prisa. El autor entrega un manuscrito y enseguida, corriendo, hay que darle una respuesta. Pasan seis meses y el autor ya está histérico. Que no me has dicho nada. Que no sé qué. ¿No se da cuenta el autor de que el editor es un hombre ocupado? Y luego, si el editor acepta el manuscrito, el autor tiene prisa en que salga el libro. Que si para dentro de dos años ni de coña. Que si me muero si tengo que esperar dos años. Y ¿qué son dos años? piensa el editor, que vive en el mundo real y además esto es un negocio. Sale el libro, y al autor le come la prisa por que llegue a las tiendas. Y luego termina el año y la prisa por recibir la liquidación. Y si la liquidación es positiva, la prisa esa ya malsana, avidez pura, vamos, por que le hagas la transferencia. Que si ya estamos casi en mayo y no me has hecho la transferencia. Un editor es un hombre ocupado. Y además, una editorial es un negocio. Esto es el mundo real. Y ¿para qué tendrá el escritor tanta ansiedad por cobrar los derechos? ¡Ni que viviera de eso! A los escritores no hay quien les entienda.
Pollito azul. Mi editor, por ejemplo, se muere de risa cuando se entera de que me gustaría ganar un premio. ¿Para qué quieres tú ganar un premio? Me dice como el que mira a un niño que quiere que le compren un pollito teñido de azul. Para ganar dinero, le digo. Y ¿para qué quieres tú ganar dinero? Me dice el editor, ya muerto de risa. Para comprar el pan, el arroz, pagar la gasolina, comprarme un descodificador TDT, comienzo a decir. Mi editor me mira con gesto de desagrado. Es un hombre ocupado, y además lleva un negocio y esto es el mundo real. Esto es el mundo real. Me dice. En el mundo real se paga un neumático, pero no el trabajo del espíritu. ¿Es que estás gilipollas? me dice mi editor, que es amiguete y se toma confianzas. Dios mío, qué humillante es que a uno le llamen gilipollas con razón.
LLega el mes de Abril. Sociedad General de Autores y Editores. Quiero entrar y me dicen que no puedo. Pero yo soy autor, digo, soy autor de varios libros. No, no, me dicen, aquí no se admiten a ese tipo de autores. Aquí se admiten a autores y editores. Qué raro. Sociedad de mamíferos y guacamayos. Sociedad de geógrafos y señoras de la limpieza. Sociedad de amantes de los gatos e ilicitanos. Qué raro es esto. Hazte de CEDRO, que te pagan las gafas. ¿Y si no tienes gafas? No importa, hazte de CEDRO de todas formas. Ya acabarás teniendo gafas. Y entonces te las pagará CEDRO. Esto es real. Es el mundo real.
Termina marzo y llega abril. Tan garridico te vi venir. Así dice el cantar medieval. En marzo llegan las liquidaciones de las editoriales. Pero en abril nadie se siente muy garridico. Algunos editores mandan la liquidación, es positiva e incluso te pagan. Otros mandan la liquidación, es positiva pero tardan meses en hacerte la transferencia. Otros no mandan la liquidación, y luego uno se entera de que era positiva. Es que eran sólo cien euros, te dicen. Y claro, por una cantidad así no se molestan. Otros, ni te mandan liquidación, ni te enteras. Abril es un mes así. Quizá por eso Eliot decía que abril es el mes más cruel: él era editor, y abril es el mes en el que los editores (después de darse tres meses de plazo para hacerlo) tienen que pagar por fin.
Al editor le resulta revulsiva la idea de que a los autores, además de hacerles el grandísimo favor de publicarles, haya que pagarles dinero. Porque esto es el mundo real, esto es un negocio. Los editores son hombres ocupados. Y no nos engañemos: ningún escritor vive de lo que escribe. Pues si no vive de lo que escribe y ya se las ha arreglado para buscarse algún trabajillo, ¿por qué esa ansiedad por que le paguen, le paguen, le paguen? Son un poco infantilones los escritores con eso del dinero, el adelanto, los derechos. Y un poco materialistas. Parece mentira. Una cosa tan bonita y tan noble como la literatura. ¡La cultura es de todos! ¿Es que no les basta con la satisfacción de haber creado una obra de arte? ¿No les basta con el orgullo de ver su libro en las tiendas? ¿Es que la creación no es premio suficiente? Porque esto es el mundo real. El mundo real.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

El título podría haber sido "El TUFILLO Editorial".
Y luego uno lee cada bodrio de los amiguetesde los editores o de los que ya han llegado. Parece una tomadura de pelo.
Gracias Queta, me gusta tu sección de lletres.
Consol