
Bajo mi atenta mirada enrojece de vergüenza y prefiero olvidar. Arrinconar las semillas aisladas, envasadas al vacío sin brotar. Descartar las pepitas de cobre que no podré morder, con su sabor blindado, su reflejo protegido y el aroma maduro bajo un sol de butano.
Sacudida de luz, la manzana brilla en mi mundo perfecto. Sobrevive atrapada entre los puntos de los focos y las comas del espacio. Eterna de caricia en los dedos que no llegan a tocarla.
Texto : Queta García
Fotografía : Ricardo Caballero
2 comentarios:
¿Ole por la foto!
Una imagen surrealista muy sugerente. El texto acorde.
Daniel Rivas
Una foto especial, muy plástica, contundente a la vez que elaborada. El texto hace una buenísima combinación.
Montse
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