Tras una 1ª galería de trabajos clandestinos, las paredes de nuestro río siguen ocultando pequeñas sorpresas. En este caso una sorpresa de proporciones enormes. Según me cuentan, esta monumental pieza fue perpetrado por tan sólo 2 personas. Lo podéis observar paseando por los caminos que rodean el río. O simplemente desde la ventanilla del tren. Fotos: Pere Koniec
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